No celebramos tan triste realidad, si no que aprovechamos esta efeméride para llamar a la toma de conciencia y destacar la necesidad de políticas públicas al respecto.
Desde hace 15 años, el 10 de octubre es una fecha que nos moviliza con el propósito de visibilizar una realidad que duele y que demanda acciones a todo nivel. Cada uno de nosotros se encuentra con una persona viviendo en la calle, en nuestro barrio, en el camino al trabajo o simplemente en una esquina, así es que sabemos que existen, que están ahí, no son invisibles. Pero muchas veces pareciera que sí es invisible lo que significa “situación de calle”: es más que no tener un hogar, es falta de seguridad, de abrigo, de intimidad, de salud…
Queremos que este Día sirva para avanzar en la prevención y alivio de la situación de calle. Por una parte, promover que toda la sociedad “vea” su sufrimiento y sus necesidades, y, a la vez, que nos dispongamos a trabajar activamente para avanzar en la superación de sus causas y efectos. En resumen, ponernos en camino hacia un futuro libre de situación de calle.
Como Fundación Salud Calle sabemos que vivir en la calle acorta la expectativa de vida en más de 17 años y que más de un tercio de este grupo vulnerable padece graves problemas de salud, con prevalencia de enfermedades mucho mayores que el resto de la población, sin contar con acceso efectivo a la atención que requiere, por lo que su cotidianeidad se ve impactada y limitada en múltiples aspectos.
No somos indiferentes ante el incremento del número de personas en situación de calle (¡más de 40 mil!), ni la creciente complejidad del problema (mujeres, familias, migrantes, hombres mayores, jóvenes y hasta niños), ni los escasos recursos públicos asignados a mitigar los efectos dramáticos que esto tiene. Pero avivamos la esperanza porque cambiar esto es posible.
Hoy hacemos un público reconocimiento a las y los voluntarios de nuestra Fundación, quienes con desinteresada dedicación entregan salud digna y de calidad a cientos de personas que viven en la calle. Y también saludamos a tantas otras organizaciones de la sociedad civil que día a día ponen su esfuerzo y su corazón en acoger y acompañar a los más pobres entre los pobres.
Mientras renovamos nuestro compromiso con don Leo, la señora Juana y las otras 8.400 personas en situación de calle que requieren nuestra atención de salud en la Región Metropolitana, confiamos en que las nuevas autoridades locales próximas a ser electas enfrenten con valentía y compasión esta realidad, demandamos al Gobierno central concretar los pasos hacia una Política Nacional de Calle, y también invitamos a las empresas y a cada uno a título individual a colaborar con esta causa.